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2.1. Del Cesaropapismo al Sacro Imperio

Con la caída del Imperio Romano de Occidente, Europa queda dividida en dos: el Imperio Oriental o bizantino, de lengua griega y cada vez más encerrado en sí mismo, y la Europa bárbara que se transformó en la Europa altomedieval (la España visigoda, la Francia gala, ...) en la que surgen señoríos, reinos y naciones.

En esa sociedad europea todavía bárbara, la iglesia es el único vinculo de cultura y unidad, el latín se impone como lengua general, es una sociedad cuyos jerarcas son guerreros sin formación, los frailes y clérigos son las personas capaces de ejercer funciones legislativas, administrativas, judiciales, diplomáticas, docentes, asistenciales..., en una sociedad cuyos jerarcas son por lo común guerreros sin ningún otro tipo de formación.

En esas condiciones, Carlomagno pone en marcha el sueño imperial, llevando a cabo 3 tareas fundamentales:

  • restableció el Imperio Romano, conquistando una parte importante de sus antiguas posesiones;
  • fue coronado como Emperador por el Papa;
  • y creó los Estados Pontificios.

Carlomagno comprendió que la unidad y grandeza de Europa no eran conseguibles sin la existencia de dos supremos poderes que colaboraran entre sí. Y creó el "Sacro Imperio Romano Germánico".

Fue coronado Emperador por el Papa, en la Navidad del 800, y desde entonces la legitimidad imperial se apoyó en la coronación. El último Emperador coronado así fue Carlos I de España y V en el Imperio, después se inicia la ruptura del Imperio tras la Reforma protestante. No hubo más coronaciones hasta la coronación de Napoleón, que trató de sustituirlo por el Imperio Romano Francés.

Carlomagno sentó una sólida base para las relaciones entre los dos supremos poderes al donar a la Santa Sede un amplio territorio del centro de la península italiana. Así, dotó al Papa de independencia política que durante siglos resultó muy útil: al ser cabeza de los Estados Pontificios, el Papa no era súbdito de ningún monarca, lo que le dotaba de independencia frente a los poderes temporales.

Se origina así la Cristiandad Medieval, una Europa impregnada de religiosidad, dependiente de 2 poderes supremos, el Papa y el Emperador. Sin embargo, los emperadores pretenden controlar a la Iglesia como instrumento de su política, mientras que los Papas entienden que la superioridad de los fines espirituales, les autoriza a controlar el poder político; todo ello provoca luchas entre el Cesaropapismo (adoptado por los emperadores del Sacro-Imperio hasta el finales del Medievo) y el Hierocratismo (adoptado por el Papado en el mismo periodo)

Características del sistema cesaropapista de la época:

  • los Emperadores de Constantinopla, alejados de la Iglesia (situada en Roma), no pueden controlarla (lo que sí hacen los monarcas occidentales), intentan que se traslade a Constantinopla y al no conseguirlo rompen su vínculos y crean la Iglesia Ortodoxa griega, separada del papado y dirigida por el Patriarca de Constantinopla bajo el poder Imperial.
  • los Reyes Europeos y en particular los Emperadores del Sacro Imperio establecen la “Investidura Laica”. Dado que muchos de los señoríos estaban en manos de la jerarquía eclesiástica, los príncipes alegan que en cuanto gobernantes de esas tierras, los obispos, abades y demás alto clero, eran funcionarios regios estando sometidos a ellos (investidura y designación como señores al tiempo eclesiásticos y seculares). Como la Santa Sede no acepta que la jerarquía religiosa fuera investida por el poder civil surge “la lucha de las investiduras” en la que los señores temporales imponen un Cesaropapismo activo altamente eficaz, que permitió el control de muchas actividades eclesiásticas.
  • la propia debilidad de los Papas en sus Estados frente al poderío feudal, hizo que la Santa Sede se viera sometida al control del feudalismo local, alcanzando a las propias elecciones pontificias que, sobre todo durante los siglos IX a XI, eran resueltas por las familias feudales, elevando al solio pontificio a sus propios miembros. Los emperadores, para cerrar el abuso feudal, asumen en el siglo XI la responsabilidad de la elección pontificia, devolviendo a la Santa Sede su prestigio. Esto trae 2 consecuencias:
    1. la exacerbación del Cesaropapismo (en manos de emperadores que controlan la Iglesia), y
    2. la aparición, por vez primera, del Hierocratismo (dirigido por Papas que desean liberar a la Iglesia del control de los señores seculares).

2.2. El Hierocratismo de Gregorio VII a Bonifacio VIII

Entre el XI y principios del XIV, al llegar al papado Pontífices empeñados en devolver a la Iglesia su independencia, nacerá la doctrina hierocrática que se enfrentará a los Emperadores que tratan de mantener el cesaropapismo a través de la investidura laica que les permitía dominar al alto clero de sus reinos. Esta lucha concluye con la disminución del poder y el prestigio de ambas instituciones.

Una de las principales medidas tomadas por los Papas del siglo XI que buscaban la independencia y prestigio del poder pontificio, fue encomendar la elección Papal a un colegio independiente, el colegio cardenalicio.

Los cardenales eligieron Papa en el 1073 a Hildebrando (San Gregorio VI) impulsor de la política reformista, se propuso recuperar la autoridad de la Iglesia sobre su propia jerarquía lo que supuso un enfrentamiento total con Enrique IV al que destituyó del trono Imperial y publicó el Dictatus Papae, compendio de la doctrina sobre los poderes que por su misión divina, correspondían al papado, y que suponen una negación de los que habían sido usurpados a lo largo de los siglos por las autoridades temporales.

Las tesis Hierocráticas se inician aquí, significan supremacía del poder religioso sobre el secular, en cuanto que los príncipes han de gobernar a sus súbditos con respeto a la ley divina y a la Iglesia corresponde denunciar las transgresiones, declarando la injusticia y nulidad de las leyes que incurran en tal violación. Al Hierocratismo se lo califica como una doctrina Monista, defensora de la supremacía de la Iglesia sobre el estado, pero lo es en cierto modo, ya que con ella la Iglesia condena la ley injusta pero con el Hierocratismo, los Papas llegaban a destituir a los príncipes, con ellos en el siglo XIII la Santa Sede alcanza su edad de oro:

  • El primero Pontífice de ese siglo (Inocencio III) será el Papa más poderoso de la historia
  • Nacen las grandes universidades europeas de fundación eclesiástica
  • Con Santo Tomas de Aquino la teología alcanza su momento mas brillante
  • Promulgación de las Decretales de Gregorio IX, mas importante texto legislativo canónico (obra de San Raimundo de Peñafort)
  • Construcción de las grandes catedrales góticas
  • Fundación de las órdenes religiosas de los dominicos y franciscanos suponen la renovación de la vida religiosa

A finales del siglo XIII el poder imperial vuelve a reivindicar las tesis cesaropapistas produciéndose un enfrentamiento entre Federico II y el Papado; los reinos exteriores al imperio estaban en condiciones de competir por la hegemonía en la política europea. A partir de aquí, el emperador es un monarca más aunque aureolado por la coronación papal y un titulo solemne, a diferencia de los demás monarcas aunque todos ellos poseen el mismo poder dentro de sus reinos e igual prestigio que el emperador.

A final del siglo XIII, Bonifacio VIII lleva a sus ultimas consecuencias las tesis Hierocráticas, se propone restaurar la supremacía de la Iglesia lo que le lleva a un enfrentamiento con el rey francés Felipe IV, provocando finalmente el nacimiento de un nuevo Cesaropapismo y una larga etapa de directa sumisión de la Iglesia al poder regio.

En 1302 el Papa publica su Bula Unam Sanctam reafirma mas que ningún otro documento la supremacía papal sobre los poderes temporales, dictado cuando esto se disolvía.

Felipe IV proclamó el principio extremo del Cesaropapismo, el rey no conoce otro superior que Dios, de ahí la excomunión del monarca, la prisión del Papa y finalmente su destierro para regresar a Roma un mes antes de morir.

2.3. La crisis de las relaciones Iglesia-Estado: de Avignon al Cisma de Occidente

Desaparecido Bonifacio VIII, Felipe IV toma la decisión extrema de trasladar la Santa Sede a Avignon, una pequeña ciudad francesa, en la que logra que se instalen Papas trasladando con ellos la Corte Pontificia (gobierno de la Iglesia) y provocando su sumisión al poder de la corona francesa. De 1305 a 1378 tuvo lugar el cautiverio de Avignon, hasta 7 Pontífices ocupan esta sede, y fueron en general grandes pontífices, destacan Juan XXII y Urbano V que ha sido beatificado.

Los monarcas europeos rechazaban esa situación, fue la muestra más radical del Cesaropapismo. Aun con esto, la cristiandad se mantuvo firme, no se cedió la doctrina ni la disciplina ante las tesis de la supremacía real frente a la iglesia que aparecían.

La vuelta a Roma de los Papas debió ser el final de esa situación sin embargo fue el inicio del Cisma de Occidente. Ya no quedaban huellas del Hierocratismo, alcanzando el Cesaropapismo límites desconocidos, surge así un nuevo campo de sometimiento papal: las doctrinas conciliaristas, que sostenían la supremacía de los concilios sobre el Papa y acompañan al Cisma de Occidente, se intenta reducir a un poder subordinado el primado pontificio y el carácter de Vicario de Dios en la Tierra.

El Cisma de Occidente nace con la elección de Urbano VI, una parte de los cardenales impugnaron la elección diciendo que no fue libre, se trasladaron a Avignon y eligieron un nuevo Papa, el francés Clemente VII y además de haber dos Papas sin saber cual tiene la verdad, se separan de ellos otro grupo que pedían la dimisión de ambos y sin esperar a obtenerla eligen al cuarto Papa, Alejandro V.

Era imposible elegir por uno u otro, se infringe mucho daño a la Iglesia, desprestigio del Papado y la dificultad de la jerarquía eclesiástica para resolver el problema, así es el poder secular el que se inmiscuye a través del emperador Segismundo que con la conformidad del resto de príncipes cristianos convoca el Concilio de Constanza en el 1414, consiguiéndose la renuncia de los Papas Gregorio XII y Juan XXIII y ante la negativa del español Benedicto XIII a renunciar, es desposeído por el Concilio, que elige como nuevo Papa a Martín V planteándose 2 problemas:

  1. La autoridad del Concilio sobre el Papa
  2. La autoridad de los príncipes sobre la Iglesia

La doctrina del conciliarismo es defendida por Teólogos pero contradecía al Primado de Pedro y a la tradición de la Iglesia, sin embargo pocos años después del concilio de Constanza es abandonado. Más importancia tiene entre las relaciones Iglesia-Estado la injerencia de los príncipes seculares en la solución del Cisma de Oriente. Los príncipes y emperador promueven el concilio pero dejan libertad de acción aceptando la solución final. Mientras, Marsilio de Padua con la obra “Defensor pacis” realiza la exposición doctrinal mas completa del cesaropapismo, pero fue pasado un siglo cuando Lutero recoge tal herencia. Para Marsilio, la Iglesia carecía de poder de jurisdicción y los sacerdotes solo reciben ese poder del estado, estando en dependencia con respecto al Estado.

2.4. La expansión universal del Cristianismo: las concesiones pontificas de soberanía a Portugal y Castilla

Un aspecto singular entre las relaciones iglesia-estado es el ejercicio de la soberanía pontificia con los estados infieles, debiendo los príncipes gobernar respetando las leyes divinas no era posible que esto lo hicieran los no cristianos, así los papas tenían potestad para encomendar a príncipes cristianos la soberanía de las tierras infieles. Con las conquistas del siglo XV en América, África…los papas les conceden la soberanía sobre tales tierras.

Se parte del principio de que Dios es señor de todos los pueblos; el papa es su vicario; y la conversión de los pueblos no cristianos justifica que se encomienden a príncipes cristianos los correspondientes derechos de soberanía.

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