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Una política fiscal expansiva, empuja la curva de demanda agregada hacia la derecha y una política fiscal contractiva, la empuja contra la izquierda. Los responsables de política económica, no basta con saber el sentido del desplazamiento: necesitan estimaciones de cuánto puede desplazar la curva de demanda agregada una determinada política económica. Para obtener esas estimaciones, utilizan el concepto de multiplicador.

2.1. Efecto multiplicador de un incremento de las compras de bienes y servicios por parte del gobierno

Las empresas que producen los bienes y servicios comprados por el gobierno tienen ingresos que fluyen hacia los hogares en forma de salarios, dividendos, intereses y alquileres. Este aumento de la renta disponible, genera un un aumento en el gasto de los consumidores. El aumento del consumo, a su vez, induce a las empresas aumentar su producción, provocando un nuevo aumento de la renta disponible, lo que genera otra ronda del incremento del consumo, y así sucesivamente. En este caso, el multiplicador es el ratio entre la variación total del Producto Interior Bruto causada por la variación del gasto público. Una variación autónoma del gasto agregado es un aumento o disminución inicial del nivel deseado de gasto de las empresas, de las familias o del gobierno, con un nivel dado de Producto Interior Bruto. Formalmente el multiplicador es la relación entre la variación total del Producto Interior Bruto real provocada por una variación autónoma del gasto agregado y el tamaño de esa variación autónoma.

Si sumamos los efectos de todas esas rondas de aumentos del consumo, ¿cual es la cuantía del efecto total sobre el output agregado? Introduzcamos el concepto de la propensión marginal a consumir o PMC el aumento del consumo cuando la renta disponible aumenta en 1 unidad monetaria.

Cuando el gasto de consumo varía como respuesta a un aumento o una disminución de la renta disponible, propensión marginal a consumir es esa variación del consumo dividida entre la variación de la renta disponible.

2.2.

Donde Δ significa variación.

¿Que ocurre si, por el contrario, disminuye el gasto público en lugar de aumentar? Si las compras del gobierno disminuyen en 50000 millones de dólares y la propensión marginal a consumir el 0,5, el Producto Interior Bruto real se reduce en 100000 millones de dólares.

2.3. Efecto multiplicador de una variación de las transferencias y de los impuestos

En general, cuando una política fiscal expansiva toma la forma de un aumento de transferencias, el Producto Interior Bruto real puede aumentar en mayor, en menor, o en igual cuantía que el desembolso inicial hecho por el gobierno, es decir, el multiplicador puede ser mayor, menor o igual que 1, dependiendo de la magnitud de la propensión marginal a consumir.

Una disminución de los impuestos tiene un efecto similar al de las transferencias. Aumenta la renta disponible, generando una serie de incrementos del consumo. Pero el efecto total es menor que el derivado de un aumento de igual cuantía de las compras de bienes y servicios por parte del gobierno: el aumento autónomo del gasto agregado es menor porque los hogares ahorran una parte del recorte de impuestos.

Los impuestos introducen una complicación adicional: normalmente cambian el tamaño del multiplicador. Esto se debe a que en el mundo real los gobiernos rara vez aplican impuestos a tanto alzado en los que el importe del impuesto que deben las familias es independiente de su renta

En la práctica los economistas suelen argumentar que el tamaño del multiplicador determina quién, entre el total de la población debería beneficiarse de los recortes impositivos o de los aumentos de las transferencias.

2.4. Cómo afectan los impuestos al multiplicador

El aumento de la recaudación impositiva cuando crece el Producto Interior Bruto real no es el resultado de una decisión o acción deliberada del gobierno. Es una consecuencia de la legislación sobre los impuestos, que hace que la mayoría de las fuentes de ingreso del gobierno no aumenten automáticamente cuando aumenta el Producto Interior Bruto real. La recaudación de los impuestos sobre las ventas aumenta al crecer el Producto Interior Bruto real porque cuando la gente tiene más renta, gasta más en bienes y servicios. Los ingresos por el impuesto sobre beneficios de las sociedades aumentan cuando aumenta el Producto Interior Bruto porque los beneficios aumentan al expandirse la economía.

El efecto de este aumento automático de la recaudación impositiva es reducir el tamaño del multiplicador. El hecho de que el gobierno detraiga una parte de cualquier incremento del Producto Interior Bruto real significa que, en cada una de las etapas de este proceso, el aumento del consumo es menor que el que hubiera habido si no existieran impuestos. El resultado es una disminución del multiplicador.

Cuando la economía se expande, el gobierno actúa automáticamente como si estuviera aplicando una política fiscal contractiva, con un incremento de impuestos. Las normas impositivas y de gasto público que hacen que la política fiscal sea automática expansiva cuando la economía se contrae y automáticamente contractiva cuando la economía se expande, sin que sean necesarias decisiones deliberadas de los responsables de la política económica, se llama estabilizadores automáticos.

Lo mismo que en el caso de la recaudación tributaria, son muchos los economistas que opinan que es positivo que las transferencias reduzcan el multiplicador. Las políticas fiscales expansivas y contractivas que son consecuencia de los estabilizadores automáticos son ampliamente consideradas como herramientas útiles para la estabilización macroeconómica. Porque suavizan los picos del ciclo económico.

Pero ¿que ocurre con la política fiscal que no son consecuencia de los estabilizadores automáticos? La política fiscal discrecional es la política fiscal que es resultado directo de acciones deliberadas acordadas de los responsables de la política económica, más que de un ajuste automático.

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