Logo de DerechoUNED

La política de estabilización es la utilización de la política económica para reducir la gravedad de las recesiones y frenar las expansiones excesivamente fuertes.

¿Pueden las políticas de estabilización mejorar la economía? Si. Bajo políticas activas de estabilización, la economía de los Estados Unidos de América volvió al output potencial en 1996 después de una brecha recesiva de aproximadamente cinco años. En 2001 también volvió a la producción potencial tras una brecha inflacionista de unos cuatro años. Estos periodos son mucho más cortos que la década o más que los economistas creen que tardaría la economía en autocorregirse si no hubiera políticas activas de estabilización.

4.1. Políticas para afrontar los shock de demanda

Si los gestores de la política económica reaccionan con rapidez a la caída de la demanda, pueden utilizar la política monetaria o la fiscal para volver a desplazar la curva de demanda agregada a la derecha. Y si fueran capaces de prever perfectamente los desplazamientos de la curva de la demanda agregada, podrían cortocircuitar por completo el proceso.

¿Por qué sería deseable una política que mantenga la economía en equilibrio? Por dos razones. Primero, la caída temporal del output agregado que tendría lugar sin la intervención de la política económica es mala; sobre todo, porque esa caída está asociada con un desempleo elevado. Y segundo, porque la estabilidad del precio suele considerar que es un objeto deseable.

¿Significa esto que los gestores de la política económica deberían actuar siempre para contrarrestar las disminuciones de la demanda agregada? No necesariamente. Algunas de las políticas utilizadas para incrementar la demanda agregada, especialmente las que aumentan el déficit presupuestario, pueden tener costes a largo plazo en términos de un crecimiento a largo plazo más bajo.

¿Deberían los gobiernos tratar de contrarrestar también los shocks de demanda positivos? Puede no parecer obvio que debería hacerlo. Después de todo, incluso aunque la inflación puede ser mala, ¿no es bueno tener una producción mayor y un desempleo menor? No necesariamente. La mayoría de los economistas creen actualmente que cualquier ganancia a corto plazo derivada de una brecha inflacionista habrá que pagarla más adelante. Por eso hoy en día los responsables políticos suelen tratar de contrarrestar los shocks de demanda positivos tanto como negativos.

4.2. Políticas para afrontar los shocks de oferta

Al contrario de lo que pasa en la curva de demanda agregada, no hay políticas sencillas que desplacen la curva de oferta agregada a corto plazo. Es decir, no existe una política económica que pueda afectar fácilmente a la rentabilidad de los productores, compensándolos de los desplazamientos de la curva de oferta agregada a corto plazo. Por eso la respuesta ante un shock de oferta negativo no puede tratar simplemente de empujar la curva desplazada volviéndola a su posición original.

Y si se considera la utilización de políticas fiscales o monetarias para desplazar la curva de demanda agregada en respuesta a un shock de oferta, la respuesta correcta no es obvia. Suceden dos cosas negativas: una caída de la producción agregada, que lleva consigo un aumento del desempleo, junto con una subida del nivel agregado de precios. Cualquier política económica que desplace la demanda agregada ayuda a resolver sólo un problema, pero empeora el otro.

Compartir

 

Contenido relacionado