El sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo ha ido evolucionando hasta convertirse en uno de los mecanismos internacionales más ambiciosos, tanto por su extremada complejidad como por el ámbito de su competencia.
Es en la Res. 198 y 306 donde la Asamblea General por vez primera incluye los problemas de los países subdesarrollados en el marco de las Naciones Unidas.
A partir de ese momento y de forma progresiva, el mecanismo de las Naciones Unidas se orienta definitiva y preferentemente al desarrollo de los países subdesarrollados.
La preocupación por la reestructuración del sistema de las Naciones Unidas en la esfera económica y social ha tenido un nuevo impulso en la década de los noventa.
En la actualidad, y desde una perspectiva más amplia que excede al sistema de las Naciones Unidas de cooperación al desarrollo, el fortalecimiento y reformas de las Naciones Unidas ha sido nuevamente retomado en la Declaración del Milenio y en dos informes del Secretario General especialmente significativos.
La necesidad de coherencia de todo el sistema se ha hecho más patente desde que en septiembre de 2008 se agudizara la crisis financiera y económica mundial.
