El IBI se refiere al Impuesto sobre Bienes Inmuebles.
Es un tributo anual, conocido también como ‘contribución urbana’, que grava directamente al propietario del inmueble por la naturaleza rústica o urbana del piso que se encuentre dentro del término municipal administrado por un ayuntamiento.
Lo fija el ayuntamiento y puede variar entre el 0,22% y el 1,01% sobre el valor catastral de los inmuebles.
Muchas familias pueden beneficiarse de bonificaciones si pertenecen a ciertos colectivos sociales.
La reducción de cuota se produce en muchas ocasiones gracias al pago fraccionado o domiciliado del impuesto, a las familias numerosas, la de viviendas con algún tipo de protección pública, entre otros casos.
La mayoría de ellas están reflejadas en las ordenanzas municipales del organismo correspondiente.