Se califican como países laicos aquellos en los que se reconoce, por un lado, la neutralidad de los poderes públicos respecto del fenómeno religioso y, por otro, la separación Iglesia/as-Estado.
Se califican como países laicos aquellos en los que se reconoce, por un lado, la neutralidad de los poderes públicos respecto del fenómeno religioso y, por otro, la separación Iglesia/as-Estado.