Ulpiano (67 ed. D. 43.3. 1-2) nos recuerda que nadie puede tomarse la justicia por su mano y que el legatario no puede ocupar por sí mismo los bienes legados, sino que debe pedir su entrega al poseedor hereditario o al heredero.
Ulpiano (67 ed. D. 43.3. 1-2) nos recuerda que nadie puede tomarse la justicia por su mano y que el legatario no puede ocupar por sí mismo los bienes legados, sino que debe pedir su entrega al poseedor hereditario o al heredero.