Los impuestos medioambientales sobre la energía han sido creados por la Ley 15/2012, de Medidas Fiscales para la sostenibilidad energética, que les atribuye un fundamento común: la protección del medio ambiente de acuerdo con el principio rector regulador en el art. 45 CE y en línea con los postulados de las políticas fiscal, energética y medioambientales de la UE.
Se configuran como impuestos directos y de naturaleza real que gravan determinadas actividades de producción de energía tomando como objeto de gravamen la producción misma del producto (electricidad) o de los residuos generados en dicha producción (energía nucleoeléctrica).
La estimación de la recaudación anual corresponde al Estado derivada de estos nuevos tributos y cánones se incluirá en las Leyes de Presupuestos Generales d cada año.