5.1.Insuficiencia del doctrinarismo
El doctrinarismo carecía precisamente de doctrina y consistió casi sólo en pactar y transigir para mantener la situación establecida. El doctrinarismo no podría ser un interlocutor del marxismo creciente ni serviría para consolidar los intereses que quería defender, no dotó al Estado de los mecanismos idóneos para afrontar la entonces denominada cuestión social.
5.2.Funcionamiento del bipartidismo
Dos partidos con políticas distintas en el marco de la Constitución. Cánovas formó el suyo con los moderados, Unión Liberal y neocatólicos, y tendría su base entre la aristocracia rural y la madrileña, los terratenientes y ciertos sectores de las clases medias. Sagasta formó el suyo con los centralistas, los progresistas-democráticos y los demócratas-monárquicos, su base social se encontraba entre comerciantes, industriales y profesionales. Ambos son partidos burgueses.
El Partido Conservador pudo desarrollar su programa que apenas era otro que el mantenimiento de la Monarquía y la consolidación de la Monarquía. El Partido Liberal suavizó algunos conflictos, acabó con la distinción entre partidos legales e ilegales. La diferencia ente conservadores y liberales dejaba de ser programática y sólo lo era de talante en el ejercicio del poder. No eran partidos muy organizados, sino un conjunto de seguidores políticos de unos líderes, que se desintegraron al desaparecer éstos.
5.3.El turno del poder
Los partidos acordaban entre ellos el relevo o presionaban a la Corona para que cambiara el encargo de formar Gobierno, entonces, el partido entrante presentaba al monarca un decreto de disolución de las Cortes y convocaba elecciones, las dirigía, las ganaba y comenzaba a gobernar con la confianza de la Cámara. Esto funcionó mientras Cánovas y Sagasta mantuvieron la hegemonía; después los partidos se fraccionaron y comenzaron los Gobiernos de coalición.
5.4.Oligarquía y caciquismo
El control y manipulación del sufragio corría a cargo del cacique, esto hizo renacer el feudalismo.
El político en Madrid, el cacique en cada comarca, el Gobernador Civil en cada capital de provincia como enlace entre uno y otro constituyen las tres piezas claves en el funcionamiento real del sistema.
5.5.Ausencia de alternativa y de modernización
Las demandas sociales y regionalistas superaban con mucho la capacidad de respuesta del sistema.
La demanda de modernización social y política crecía incesantemente, mientras el régimen quedaba cada vez más rígido. No surgió otra fuerza distinta y se debió a:
- El establecimiento del sufragio universal con un electorado agrario que no estaba sensibilizado con los procesos democráticos ni con las distinciones ideológicas.
- Los movimientos regionales tampoco encontraron su identidad.
- La corrupción electoral.
- Los republicanos históricos no tienen fuerza.
- El regeneracionismo era más bien un movimiento de intelectuales de denuncia.
- La abstención en el electorado.