Se llama shock de demanda a cualquier acontecimiento que desplace la curva de demanda agregada: un cambio de las expectativas o de la riqueza, el efecto de la magnitud del stock existente de capital físico, o la utilización de las políticas fiscales y monetarias.
La Gran Depresión fue causada por un shock de demanda negativo, el hundimiento de la riqueza y de la confianza de los empresarios y los consumidores que siguió al crack bursátil de 1929 y a la crisis bancaria de 1930-1931.