En un Estado democrático el titular del poder es el pueblo.
Evolución histórica de este principio:
- La Constitución gaditana y la de 1869 hablan de soberanía nacional.
- El Estatuto Real de 1834, de soberanía tradicional monárquica.
- Las Constituciones de 1845 y 1876, e incluso la de 1837, tienen soberanía compartida por el Rey y las Cortes.
- El proyecto de Constitución de la I República y en la Constitución de la II República hallamos la idea de soberanía popular.
- Con Franco Bahamonde, soberanía personal.
- La Ley para la Reforma Política restableció la soberanía popular.
La Constitución vigente hace sinónimos entre soberanía nacional y popular. Soberanía nacional y soberanía popular:
- La tópica teoría diferenciadora. Es usual oponer soberanía nacional y soberanía popular por entender que pueblo y nación son conceptos diferentes. La nación no es el conjunto de habitantes de un país, sino que incluye las generaciones pasadas, presentes y futuras, incluye la cultura, los sentimientos, los intereses colectivos y se termina identificando nación con los intereses económicos, por tanto nación sería el conjunto de propietarios. Por tanto la soberanía nacional no requiere sufragio universal sino sólo censitario (restringido a los propietarios). El pueblo sería el conjunto de habitantes de un país. Por tanto la soberanía popular exige sufragio universal.
- Su insuficiencia. No se trata de que los pensadores demócratas prefieran las expresiones pueblo y soberanía popular y los menos demócratas nación y soberanía nacional, sino que unos y otros utilizan indistintamente esas expresiones, pues ambas aluden al conjunto de los ciudadanos; pero para los demócratas los ciudadanos son todas las personas y para los otros, sólo unas pocas personas por razón de su renta, de su rango, de su cargo o de sus estudios.
- Restablecimiento de la identidad entre pueblo y nación en el régimen democrático. Hoy en día, seguir diferenciando soberanía popular y soberanía nacional es un verdadero desatino, pues equivale a renunciar a unas expresiones nobles y entregárselas a los enemigos de la democracia, que aparecen así como los únicos nacionales y patriotas.