Directamente encaminada a la edificación de la Unión Europea fue la Declaración Schuman de 9 de mayo de 1950, fecha que se conmemora como día de Europa. En 1951 se firmó la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. En 1957, en Roma, se firman dos tratados, constitutivos respectivamente de la Comunidad Económica Europea y de la Comunidad Europea de la Energía Atómica. Estas tres comunidades han funcionado, de hecho, como una sola: la Comunidad Económica Europea. Inglaterra propició en 1960, como réplica, la constitución de la EFTA.
Desde entonces se percibió que el final del proceso debía ser una unión política (no sólo económica) y más amplia, siempre que los Estados aspirantes estuviesen como regímenes democráticos.
En 1986 se firmó en Luxemburgo y en La Haya la Acta Única Europea, primera gran reforma de los tratados fundadores de 1951-1957.
En 1992 se firmó en Maastricht el Tratado de la Unión Europea.
El Tratado de Ámsterdam de 1997 persiguió reforzar la idea de ciudadanía europea.
El Tratado de Niza de 2001 se centró especialmente en la reforma de las instituciones.
La última gran reforma de la Unión Europea ha venido de la mano del Tratado de Lisboa.