El control de cantidad o cuota es un límite superior a la cantidad que se puede intercambiar de un bien. La cantidad total del bien que se puede comercializar legalmente es el límite de la cuota.
Una licencia otorga a su propietario el derecho a ofrecer un bien.
Algunos intentos de controlar las cantidades se hacen por buenas razones económicas, pero otros por malas. En muchos casos, los controles de cantidad introducidos para solucionar un problema temporal acabaron siendo políticamente difíciles de eliminar porque los beneficiarios no querían que se abolieran, aunque las razones originales de su existencia hubieran desaparecido hacia tiempo. Pero cualesquiera que sean las razones de tales controles, tienen determinadas consecuencias económicas perfectamente predecibles, no deseables.
7.1. La anatomía de los controles de cantidad
El precio de demanda de una cantidad determinada es el precio al que los consumidores demandarán esa cantidad.
El precio de oferta de una cantidad determinada es el precio al que los productores ofrecerán esa cantidad.
Un control de cantidad, o cuota crea una brecha entre el precio de demanda y el precio de oferta de un bien, es decir, el precio pagado por los compradores termina siendo más alto que el precio recibido por los vendedores.
La diferencia entre el precio de demanda y el de oferta en el límite de la cuota es el alquiler de la cuota, las ganancias que recibe el propietario de la licencia por tener el derecho a vender el bien. Y es igual al precio de mercado de la licencia cuando las licencias se comercializan.
7.2. Los costes de los controles de cantidad
Los mismos que los controles de precios, los controles de cantidad pueden tener algunos efectos colaterales previsibles y no deseados. El primer problema ya conocido de la ineficiencia derivada de las oportunidades perdidas: los controles de cantidad crean una pérdida irrecuperable al impedir que se realicen transacciones mutuamente beneficiosas, es decir, transacciones que beneficiarían tanto a los compradores como a los vendedores.
En general, siempre que el precio de demanda de una cantidad determinada es mayor que el precio de oferta, hay una pérdida irrecuperable de eficiencia.
Los controles de cantidad provocan habitualmente los siguientes efectos colaterales no deseados:
- Una pérdida irrecuperable de eficiencia porque hay algunas transacciones mutuamente beneficiosas que no se realizan.
- Incentivos para realizar actividades ilegales.