Para entender por qué son diferentes los mercados competitivos de otros mercados, comparemos los problemas a los que se enfrentan dos individuos: un agricultor cultivador de trigo que tiene que decidir si siembra más trigo y el presidente de una empresa metalúrgica gigantesca, Alcoa, que tiene que decidir si produce una cantidad de aluminio mayor.
Para el agricultor, la cuestión es si podrá vender la cantidad adicional de trigo a un precio suficientemente elevado como para compensarle el coste extra de producción. El granjero no debe preocuparse sobre si el aumento de su producción de trigo cambiará el precio del trigo al que ya estaba planeando producir.
Para el ejecutivo de Alcoa, las casas no son tan sencillas, porque el mercado del aluminio no es competitivo. Solo hay algunas empresas de gran tamaño, y cada una de ellas es consciente de que sus decisiones sí tienen un impacto notable en el precio de mercado, esto ya es más complejo. Alcoa no puede decidir si produce o no más cantidad de aluminio planteándose si podrá vender el producto adicional a un precio mayor que el coste de producirlo. La empresa se pregunta si la producción de una mayor cantidad de aluminio bajará el precio del mercado y si esto disminuirá su beneficio, que es la garantía neta obtenida por producir y vender su producto.
Cuando un mercado es competitivo, los individuos pueden basar sus decisiones en análisis mas sencillos, que si el mercado no es competitivo; es mas fácil para los economistas exponer el modelo de un mercado competitivo que el de uno no competitivo. En el siguiente capitulo veremos consecuencias de los dos.