El nacimiento del Tribunal Internacional de Justicia está ligado al de la Organización de las Naciones Unidas de la que es su órgano judicial principal. Sus vínculos con las Naciones Unidas hicieron necesario un Tribunal de Justicia nuevo y distinto del Tribunal Permanente de Justicia Internacional (TPJI) que había sido una creación de la fracasada y extinguida Sociedad de Naciones.
El nuevo Tribunal se previó por la Conferencia de Dumbarton Oaks de 1943, que propuso que el Estatuto del futuro Tribunal formara parte integrante de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas y que los Estados miembros fueran ipso facto partes en el Estatuto. El nuevo Tribunal se reunió por primera vez en 1946.
El Tribunal tiene su sede en La Haya (Países Bajos).