La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa ha constituido desde la mitad de la década de 1970 un proceso político permanente sobre la seguridad multilateral para Europa y América del Norte.
En la medida en que con el final de la "Guerra Fría" los peligros para la seguridad en Europa han dejado de ser los más graves para la Comunidad Internacional, el papel de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa ha perdido relevancia global.
Sin embargo, ciertas renacidas tensiones entre la Federación Rusa y la OTAN y la actual crisis en Asia Central pueden proporcionar un renovado impulso a su acción pluridimensional en favor de la seguridad.