El Derecho penal está dotado de las mayores garantías y se caracteriza por una gran presencia del pensamiento sistemático.
La Ciencia del Derecho penal abstrae las garantías y elementos imprescindibles para determinar la responsabilidad penal de los ciudadanos y establecer cómo deben influir en la concreción de las consecuencias jurídicas del delito. El primer paso analítico es el de distinguir entre la Parte general y la Parte especial del Derecho penal.
Tradicionalmente la Parte general del Derecho penal se ha venido dividiendo en tres bloques: la Introducción, la Teoría jurídica del delito y las Consecuencias jurídicas del delito. En la Introducción se estudian los fundamentos generales de la disciplina: conceptos básicos, delimitación de su alcance, sistema de fuentes y ámbitos de aplicación temporal y espacial. La Teoría jurídica del delito analiza la estructura de las infracciones penales con sus múltiples variantes y requisitos así como las interrelaciones entre estos. Por último, el análisis de las Consecuencias jurídicas del delito implica el conocimiento de penas, medidas de seguridad y otras consecuencias accesorias.
Junto a la Parte general, la Parte especial completa el análisis del Derecho penal centrándose en el estudio de cada una de las infracciones penales en concreto.
Esta misma estructura se refleja en el Código Penal vigente: el Título preliminar, "De las garantías penales y de la aplicación de la Ley penal", y el Libro I "Disposiciones generales sobre los delitos, las personas responsables, las penas, medidas de seguridad y demás consecuencias de la infracción penal", están dedicados a la Parte general, mientras que el Libro II "Delitos y sus penas", constituye la Parte especial.