Los Tratados se sitúan en la cima de la jerarquía del ordenamiento jurídico europeo.
En los Tratados constitutivos se pueden distinguir cuatro tipos de disposiciones:
- El preámbulo y los primeros artículos de los Tratados que establecen los objetivos y los medios para lograrlos.
- Las disposiciones que crean las instituciones UE y que establecen el sistema normativo de la misma.
- Las disposiciones materiales, en las que los Tratados regulan directamente determinadas materias.
- Las disposiciones finales, que regulan diversas cuestiones, como su ámbito espacial y temporal, el procedimiento de revisión, etc.
Las reglas de los Tratados europeos se sitúan en el primer lugar de la jerarquía de fuentes y prevalecen respecto a todas las demás fuentes de la Unión Europea, ya que los Tratados fundacionales constituyen el fundamento y los límites de esas otras fuentes.