Entre los rasgos que caracterizan el conocimiento científico del Derecho destacan su carácter simultáneamente teórico y práctico, su vocación de mutua complementariedad, su vinculación a la experiencia, su perfil descriptivo, su adscripción al ámbito de lo cultural y su función crítico-directiva.
Las ciencias jurídicas tienen un carácter teórico por cuanto se aplican sobre todo al análisis lógico-conceptual, desarrollando un conocimiento abstracto y generalizador que se mantiene en el plano de los principios y de las relaciones causales.
Las ciencias jurídicas realizan también la misión de orientar la actividad de los distintos operadores jurídicos.
Por otra parte, el campo de estudio, por ser especializado, es asimismo limitado y parcial.
