Dejando a un lado la monarquía absoluta del Antiguo Régimen, la monarquía española ha pasado por diversas fases.
La monarquía vigente en España desde 1837 a 1868, y de 1874 a 1923 (o 1931 si se considera que la dictadura de Primo de Rivera no sólo no abolió la monarquía, sino que la sostuvo y esta sobrevivió a aquella durante unos meses) era una monarquía semiabsoluta.
La CE-1978 ha adoptado la vigente monarquía parlamentaria, en la cual el Rey no ejerce poderes decisorios, sino que encarna la jefatura del Estado, es símbolo de unidad y permanencia de éste y lo representa en las relaciones internacionales, aunque las decisiones las adopta el Gobierno.
El Rey carece de poder, no puede negarse a expedir un decreto aprobado en Consejo de Ministros, ni a sancionar y promulgar una ley aprobada por las Cortes Generales; pero ejerce una influencia política importante por el hecho de ser y de estar.