La economía de los Estados Unidos de América ha crecido mucho a lo largo del tiempo y cada vez son más grandes las brechas que separan a los países ricos, de los que todavía no han conseguido un crecimiento comparable.
1.1. El Producto Interior Bruto real per cápita
El principal indicador utilizado para el seguimiento del crecimiento económico es el PIB real per cápita, el Producto Interior Bruto real dividido entre la población. El Producto Interior Bruto mide el valor real de los bienes y servicios fiscales producidos en la economía, pero también mide el total de las rentas ganadas en una economía en un determinado año. Si todo lo demás no varía, un aumento de la población hace que baje el nivel de vida del ciudadano medio, el mismo Producto Interior Bruto real se reparte ahora entre más personas. Un aumento del Producto Interior Bruto real que solo llegue a igualar el aumento de la población deja inalterado el nivel de vida medio.
1.2. Tasas de crecimiento
El crecimiento económico a largo plazo es un proceso gradual en el que el Producto Interior Bruto real per cápita crece un pequeño porcentaje al año.
Para hacerse una idea de la relación que existe entre la tasa anual de crecimiento del Producto Interior Bruto real per cápita y la variación a largo plazo del Producto Interior Bruto real per cápita, es útil tener en cuenta la Regla del 70, una fórmula matemática que indica cuánto tiempo tarda en duplicarse el Producto Interior Bruto real per cápita, o cualquier otra variable que crezca gradualmente a lo largo del tiempo. La respuesta aproximada es:
Por tanto si el Producto Interior Bruto real crece a una tasa anual del 1%, tardará 70 años en duplicarse.
Las tasas de crecimiento del Producto Interior Bruto real difieren considerablemente de unos países a otros.