La mundialización se manifiesta en una eliminación de las barreras asociadas a las fronteras, características de la forma política que denominamos Estado-nación. Se caracterizaba por la existencia de un poder único monopolizador de la violencia legítima, capaz de proyectar su dominio sobre un determinado territorio y una población a través de una administración más o menos centralizada, sostenida con impuestos y obligada a prestar a sus ciudadanos, como mínimo, servicios de defensa, representación exterior y orden público.
La principal causa de esta transformación ha sido la revolución tecnológica característica de la última fase del capitalismo, que permite la circulación de ideas, personas y capitales de un lugar a otro con una facilidad y rapidez desconocida hasta entonces; fenómeno considerablemente acentuado por la caída de la Unión Soviética y la adquisición de regímenes democráticos por la totalidad de sus estados satélites. El capitalismo se universaliza y tiende a implantarse incluso en países formalmente comunistas como China. La característica más señalada de este fenómeno es que el poder económico se deslocaliza y los flujos de capital se desplazan con libertad por todo el planeta, con el resultado de que las empresas del primer mundo tienden a instalarse en el territorio de estados donde los costes laborales son inferiores, debido a los bajos salarios y a la deficiente protección social. Lo mismo ocurre con los flujos financieros: las inversiones no se ligan ya al territorio de un determinado Estado, lo que da lugar a formidables desplazamientos de capital, libres de las barreras del Estado-nación.
El resultado de tantas transformaciones, en el ámbito de los sistemas jurídicos organizados como estados nacionales es una permanente inestabilidad de los elementos que configuraron tradicionalmente dichos estados: territorio, pueblo, gobierno.
Acaso la más relevante sea la que afecta a la tarea de gobierno, pues la existencia de instituciones transnacionales ha reducido sensiblemente la capacidad de maniobra de los gobiernos, sus posibilidades de optar por un modelo u otro. Ello ha llevado a hablar de la única política económica posible.