La necesidad de facilitar el comercio mundial, eliminando las restricciones al mismo, fue un objetivo auspiciado por los aliados occidentales incluso en plena Segunda Guerra Mundial.
Finalizada la guerra, el Gobierno norteamericano propuso a varios Gobiernos la convocatoria de una Conferencia internacional sobre el comercio.
Al término de la Octava Ronda, la Ronda de Uruguay, los Estados Partes del Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles, creado en 1947 decidieron crear la Organización Mundial del Comercio y en su seno dar vida a un renacido Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles.