En términos generales, son cuatro las grandes fases a través de las cuales, se desarrolla, altera y desaparece del OJ español el modelo tradicional de función pública.
La primera, de creación, con algunos antecedentes en el siglo XVIII, tiene lugar a lo largo del siglo XIX con la creación, sobre el modelo de los cuerpos militares, de los cuerpos tanto generales como especiales de funcionarios.
La segunda fase, clasista e interdepartamental, surge de la contaminación del modelo anglosajón de función pública. A ese modelo responde la LFCE de 1964.
La tercera fase se caracteriza por la laboralización de la función pública.
La cuarta fase se inicia con la LEBEP, y es una profundización de la laboralización anterior, porque la LEBEP es directamente aplicable en su mayor parte tanto al personal laboral como al funcionarial y, en lo que resta, reduciendo las diferencias sustanciales entre funcionarios y contratados laborales al mínimo.